Geotecnia

En geotecnia, el término «arcilloso» se refiere a un tipo de suelo compuesto principalmente por partículas de arcilla. La arcilla es un material sedimentario de grano fino, compuesto principalmente por minerales de silicato de aluminio. Los suelos arcillosos se caracterizan por su alta plasticidad y retención de agua. Las propiedades geotécnicas de los suelos arcillosos varían en función de su contenido de humedad. Cuando están secos, los suelos arcillosos tienden a ser duros y resistentes, lo que dificulta su excavación. Sin embargo, cuando están saturados de agua, los suelos arcillosos se vuelven muy plásticos y suaves, lo que puede generar problemas de estabilidad en las estructuras construidas sobre ellos. El comportamiento de los suelos arcillosos también está influenciado por su capacidad para retener agua. Debido a su estructura y composición, los suelos arcillosos tienen una alta capacidad de retención de agua, lo que puede causar problemas de asentamiento diferencial en las construcciones.

La arcosa es una roca sedimentaria clástica compuesta principalmente por granos de tamaño arena fina a gravas, con una matriz arcillosa. Su contenido de arcilla es mayor al 25% y puede variar en composición mineralógica, principalmente incluyendo minerales de arcilla como la illita, caolinita y montmorillonita. Desde una perspectiva geotécnica, la arcosa es considerada un suelo residual o un suelo sedimentario. Su comportamiento geotécnico es influenciado por su elevado contenido de arcilla, lo cual le confiere propiedades físicas y mecánicas únicas. La arcosa tiene una baja permeabilidad al agua, lo cual la hace propensa a la acumulación de presiones de poro y a la expansión cuando está saturada. Además, su alta plasticidad y baja resistencia a la compresión la hacen susceptible a la deformación y a la falla bajo cargas. En ingeniería geotécnica, es importante caracterizar y evaluar las propiedades geotécnicas de la arcosa antes de llevar a cabo cualquier proyecto de construcción en áreas donde se encuentren estos materiales.

El areómetro es un instrumento utilizado en geotecnia para determinar la densidad y la gravedad específica de los suelos. Consiste en un tubo de vidrio con una escala graduada y una bola de plomo en su extremo inferior. Se introduce el tubo en el suelo hasta una cierta profundidad y se mide la altura a la que flota la bola de plomo. A partir de esta medida, se puede calcular la densidad del suelo y determinar sus características geotécnicas, como su capacidad de soporte y su permeabilidad.