El término «Aterramiento» en el contexto de la ingeniería geotécnica se refiere al proceso de rellenar y compactar el suelo u otro material en un área determinada, con el fin de proporcionar una plataforma estable para la construcción de estructuras. Este proceso es esencial para garantizar la seguridad y la estabilidad de las construcciones, ya que un aterramiento deficiente puede provocar asentamientos diferenciales, deslizamientos de tierra y otros problemas geotécnicos.
En geotecnia, la atrición se refiere al proceso de desgaste o degradación de un material geotécnico debido al movimiento relativo entre las partículas que lo componen. Este fenómeno se produce principalmente en suelos y rocas bajo la acción de cargas y tensiones aplicadas, así como por la presencia de agua y otros agentes externos. La atrición puede resultar en la reducción del tamaño y forma de las partículas, la pérdida de cohesión entre ellas y la generación de material fino. Esto puede tener efectos negativos en las propiedades mecánicas y de permeabilidad del material, lo que puede afectar la estabilidad de las estructuras construidas sobre él. Para cuantificar la atrición, se pueden realizar pruebas de laboratorio, como el ensayo de atrición o el ensayo de desgaste, que permiten determinar la pérdida de masa o volumen del material debido al proceso de desgaste. Estos datos son importantes para evaluar la resistencia y durabilidad de los materiales geotécnicos y diseñar adecuadamente las estructuras y cimentaciones.
